domingo, 8 de abril de 2012

Mi conversión al ateísmo


Sé que rondaran comentarios acerca de lo que escribo, generalmente y por experiencia propia puedo decir que los comentarios que los creyentes mas nos lanzan es nuestra supuesta ignorancia en los temas religiosos, eso e insultos acompañados de amenazas con el fuego eterno.


Bueno antes de llamarme ignorante aquí les expongo mi historia de mi paso al lado obscuro de la fuerza.
Soy cristiano de tercera generación, nacido y criado en la fe evangélica protestante, mi familia fue la primera en el estado de Tabasco México en dejar el catolicismo y convertirse al protestantismo siendo también los primeros en difundir el evangelio en estas regiones, en barco y avión pues las carreteras no existían.

Como buen evangélico asistía a las clases de escuela dominical donde con canciones, juegos y dibujos nos contaban las historias bíblicas, debo admitir que a mi me gustaba asistir, siempre fui buen estudiante y asistir a la escuela dominical era como ir a otra escuela, pues pasábamos de grados y había concursos de citas bíblicas y cuestionarios sobre los relatos bíblicos, donde siempre ganaba. De ahí nació mi gusto por la lectura y la historia.
Estudie en un colegio adventista los primeros 3 grados de primaria, la iglesia adventista es similar a la Evangélica y fue aquí donde pude ver las diferencias entre una religión y otra de niño yo solía preguntarme ¿Por qué no comen cerdo? ¿Por qué no van a la iglesia el domingo? Dentro de mi grupo de amigos había un niño testigo de Jehová que vivía cerca de mi casa y cuando jugábamos había veces que llegaban a darle clases de su religión a las cuales yo me quedaba acrecentando aun mas mis dudas ¿Por qué tienen todos ideas distintas de lo mismo?
Durante mi adolescencia caí en el éxtasis religioso, dirigía el grupo de jóvenes de mi iglesia y convertí a muchos a la fe, incluso los pastores y ancianos de la iglesia llegaron a extenderme la invitación para que estudiara para pastor, mi mundo era la fe, la religión, solo escuchaba música cristiana y nunca asistí a bailes ni a fiestas, lo cual me trajo serias inseguridades a la hora de convivir con adolescentes normales, para colmo de males tuve mucho acné lo cual me trajo burlas y humillaciones, cuando pregunte por qué me salía la respuesta fue: es por tu pecado (y aquí vino mis dudas mas fuertes ¿Cuáles pecados? Si he hecho todo lo que se considera correcto en mi religión).
Siendo víctima de bulling por el acné, una situación familiar delicado ya que mi padre nunca fue creyente y en los círculos religiosos protestantes la bendición de Dios se manifiesta en la remuneración económica y mi hogar no era precisamente rico fuimos catalogados como malditos por parte de mi padre, éxodo 34:7 el que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación. Todo esto sumado a problemas del tipo sentimental y todas las dudas y confusiones que se dan en la adolescencia.
Yo no podía entender como dios permitía que me pasaran cosas tan malas si siempre fui fiel a su palabra, parafraseando a Ned Flanders “he hecho todas las cosas que dice la biblia, incluso esas cosas que contradicen a las otras cosas” así que parte de mi adolescencia la dedique a mi búsqueda espiritual asistiendo a todos las religiones posibles para expresar mis inquietudes y dudas, leí los tratados de chick,asisti a misas católicas pero como evangélico el culto a las imágenes siempre me pareció primitivo, recibí las clases de los testigos de Jehová, Gnosticos, rosa cruces, brujos, espiritistas, mormones, devorando toda la literatura religiosa posible, a la vez que leía todo lo relacionado con pueblos prehispánicos y libros de historia.
Después de haber evaluado el material religioso y contrastarlo con las creencias de los pueblos antiguos que fui leyendo, me di cuenta que había muchos puntos en común, nunca deje de leer la biblia en todo ese tiempo, pero cada vez que la leía encontraba cosas que me hacían ver que no había diferencia entre Jehová y Huitzilopochtli, o con Zeus, Thor etc.
Un día en la iglesia evangélica asistió un predicador y lo que dijo me abrió me los ojos “y ellos te hacen creer que si no tienes estudios universitarios, no eres nadie, pero yo les digo que en Cristo somos mas que vencedores” yo si quería ir a la universidad, y siempre supo que sin estudios universitarios solo puedes aspirar a trabajos menores. Finalmente me di cuenta que había dejado de creer pero nunca se lo exprese a nadie. Hasta que el día del censo de población y vivienda me preguntaron frente a mi madre que religión profesaba y pude decir SOY ATEO. Mi madre me miro como si hubiera salido del closet, o como si le hubiera dicho que era drogadicto y me vendía por sexo jajaja.
En conclusión pienso que no hay mejor manera de volverse ateo que leyendo la biblia.

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